Si eres un atleta experimentado que está intentando superar sus límites, un novato que ha empezado a practicar algún deporte o alguien que se está recuperando de una lesión; sabes que las secuelas de un entrenamiento exigente pueden dejarte con dolores que hacen que el movimiento más mínimo requiera un gran esfuerzo.
Todos hemos pasado por ese momento después del entrenamiento intenso en el que levantarse de la cama o conciliar el sueño se convierte en un gran desafío por el intenso dolor muscular. En ese instante, de seguro te has preguntado ¿Por qué tengo tanto dolor muscular? La respuesta está en que se debe al proceso de recuperación del cuerpo.
La buena noticia es que existen formas comprobadas de minimizar el malestar y acelerar el proceso de recuperación. En este artículo, profundizamos en las estrategias respaldadas por la ciencia para ayudarte a aliviar esos dolores musculares después del entrenamiento para que tu recuperación sea más rápida.
1.- Estrategias nutricionales
Tu cuerpo necesita nutrientes de alta calidad para funcionar de manera óptima.
Lo que comes juega un papel fundamental en la recuperación del músculo.
Consumir alimentos ricos en proteínas (carne, huevos, pescado, pollo, etc.) ayuda a reparar los micro desgarros en las fibras musculares.
También es indispensable que consumas carbohidratos para reponer las reservas de glucógeno que se agotan durante la actividad física.
Una dieta completa que incluya antioxidantes, vitaminas y minerales fomentará la activación de los mecanismos curativos naturales del cuerpo para acelerar la recuperación.
Por lo tanto, en cada comida deberías incluir proteínas magras, cereales, carbohidratos, y muchas verduras para obtener los componentes necesarios para una recuperación eficiente.
2.- Relevancia de la hidratación
Ingerir la cantidad adecuada de líquidos es crucial para una recuperación efectiva.
El agua transporta los nutrientes esenciales y el oxígeno en nuestro cuerpo, lo que garantiza que las células reciban los recursos requeridos para sanar.
Mantener una ingesta adecuada de agua, ayuda a regular la temperatura y estabilizar la presión arterial, lo que es crucial para una recuperación sin problemas.
Por lo tanto, al estar bien hidratado tu cuerpo tendrá un mejor entorno para reponerse.
3.- Dormir es necesario
Durante el sueño, el cuerpo libera sustancias químicas que son imprescindibles para la reparación de los tejidos.
La liberación de la hormona del crecimiento y la testosterona alcanzan sus puntos máximos mientras duermes, lo que amplifica la capacidad del cuerpo para repararse.
Por lo que, es indispensable respetar las horas de sueño necesarias para la recuperación.
4.- Implementar técnicas de recuperación activas y pasivas
Combinar métodos de recuperación activos y pasivos puede hacer maravillas para minimizar los dolores musculares.
Algunas actividades físicas como el yoga suave o el ciclismo ligero son técnicas activas que pueden mejorar el flujo sanguíneo, eliminar los desechos metabólicos y aliviar la fatiga muscular.
Mientras que, las técnicas pasivas son aquellas que implican darle al cuerpo el descanso necesario para recuperarse por completo.
Implementar este tipo de estrategias en conjunto crean un entorno holístico para la curación.
5.- La magia de los masajes
Además de placenteros, también constituyen una herramienta valiosa para combatir el dolor muscular.
Los masajes mejoran la circulación sanguínea, facilitando que los nutrientes y el oxígeno llegue a los músculos fatigados. Adicionalmente, aceleran el proceso de curación y alivian el dolor.
Otra ventaja que ofrecen es que combaten la fatiga causada por el entrenamiento extenuante.
Las técnicas de automasaje, como el uso de rodillos de espuma pueden reducir el dolor.
Además, si al masaje se le añade un bálsamo natural como el bálsamo de hierbas que disminuye la inflamación y el dolor muscular, la sensación de alivio puede alcanzarse más rápido.
6.- Siempre escucha a tu cuerpo
Desarrollar la capacidad de sintonizar con tu cuerpo es necesario para reconocer las señales de alerta.
Es importante que sepas identificar cuando necesitas tomarte un descanso.
No es ninguna vergüenza tomarse un día de descanso o reducir la intensidad del entrenamiento de acuerdo con cómo te sientas.
Prestar atención a los signos de fatiga, malestar o lesión te ayudará a prevenir problemas a largo plazo, y facilitará tu proceso de recuperación general.
Reflexiones finales
La recuperación debe ser parte integral de tu rutina de ejercicios.
Para acelerar el proceso debes proporcionarle a tu cuerpo los nutrientes adecuados, mantener la hidratación, priorizar el sueño, e implementar una combinación de técnicas de recuperación activas y pasivas.
Para evitar el dolor muscular y las lesiones debes encontrar el equilibrio entre el esfuerzo y la recuperación, reconociendo que ambos forman parte de un estilo de vida activo.
También es importante que recuerdes que los masajes pueden ser tu gran aliado al momento de prevenir el dolor muscular.
Además, agregar un producto como el bálsamo de hierbas a tu cuidado personal, puede potenciar los resultados de forma positiva. Si te interesa conocer el producto, te invitamos a que revises sus especificaciones.
¡Esperamos que esta información te haya sido útil y que la compartas con tus conocidos! Además, si conoces otra estrategia estaríamos felices de que la compartas en los comentarios.
